Vaya controversia se ha generado en torno a la votación que emitirá este miércoles (9 de noviembre), la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el proyecto de sentencia del ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá de prohibir los nacimientos y adornos de Navidad en espacios públicos.
Sí, aunque usted no lo crea, los ministros de la “Tremenda Corte” están enfrascados en un tema que pudiese parecer minúsculo, pero que en su esencia lleva mucho fondo, al grado de trastocar fibras demasiado sensibles de una gran parte de la población mexicana.
El proyecto del ministro busca resolver el amparo solicitado por una persona en contra de la colocación del nacimiento navideño alusivo a la religión católica por parte de las autoridades municipales de Chocholá, Yucatán, en diciembre de 2020.
González Alcántara Carrancá planteará a sus pares que estos elementos en espacios públicos son violatorios de la libertad religiosa y los principios constitucionales del Estado laico, por lo que no deben estar en áreas públicas ni mucho menos ser financiados con recursos del erario.
El quejoso, asesorado legalmente en todo el trayecto por una ONG de aquella entidad, argumentó en el amparo que el municipio en cuestión privilegió o consideró “superior” a la religión católica por encima de otras concepciones de pensamiento o conciencia.
Bajo tales argumentos, corresponderá a los ministros Ana Margarita Ríos Farjat (presidente de la Primera Sala), Norma Lucía Piña Hernández, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Jorge Mario Pardo Rebolledo exponer lo que a su consideración jurídica haya lugar y, en consecuencia, emitir su voto.
Aquí es donde el verdadero meollo del asunto, pues si el proyecto de González Alcántara Carrancá obtiene mayoría de cuatro votos en la Sala, se generaría automáticamente una jurisprudencia que debería ser aplicable en todo el país…, así como usted lo está leyendo, pero si solo se dan tres entonces el resolutivo beneficiará al quejoso y el municipio demandado sería el único obligado a cumplir la orden de la Corte.
Como se puede apreciar, el resultado que se obtenga el miércoles -excepto si el amparo no pasa la aduana y se desecha-, tendrá grandes y graves implicaciones, pues nuevamente se alborotarán las olas de la polarización y confrontación social, algo que es de suyo agradable para quienes ostentan la mayoría del poder político en el país, pero también para el ministro presidente, Arturo Zaldívar, a quien le encanta enfrascarse en temas espinosos y polémicos.
Más allá de que la mayor parte de la sociedad mexicana es católica, y de que una decisión adversa en la Corte podría generar muchísima inquietud social y política, el punto de inflexión es saber por qué la Corte está metida en asuntos tan sensibles para la mayoría de la sociedad, en lugar de poner orden en casa y barrer, ahora sí de arriba hacia abajo, todo el engranaje que mueve al aletargado sistema de justicia en México, donde las carencias y vicios están a la vista de todos.
Pensar en prohibir la instalación de nacimientos y adornos navideños porque a una persona no le gustan y porque socialmente se siente agredido en su visión y percepción laica, sería un golpe muy bajo para la mayoría.
Sería también el pretexto que hacía falta para que otro “ingenioso Hidalgo” se saque de la chistera cualquier ambigüedad para argumentar que sus derechos, pensamientos y creencias son violentados porque no es justo que el 24 de diciembre se celebre la Natividad y ese día todo mundo tenga que reunirse en familia como si fuese una gran fiesta.
Históricamente una buena parte de gobiernos municipales y estatales (de todos los colores partidistas), aprovechan la temporada navideña para adornar las principales calles y plazas con adornos alusivos a las fiestas decembrinas, incluidos los nacimientos a donde chicos y grandes y las familias en general acuden a tomarse fotos.
Una potencial prohibición al caso implicaría también acabar con los tradicionales desfiles del Día de Reyes o plazas en las que los padres llevan a sus hijos para tomarse la foto del recuerdo con los Magos de Oriente que acudieron a Belén a rendirle tributo al Niño Jesús.
Así de absurda podría ponerse la cosa si este miércoles los ministros de la “Tremenda Corte” le dan pauta a Tres Patines, Nananina, Rudesindo Caldeiro y Patagonio Tucumán y Bandoneón en el desenlace de un proyecto de sentencia que en nada abona la tolerancia prevista en la libertad religiosa.
Lo “raro” de este amparo me recuerda aquel que no hace muchos años interpuso hace unos ocho años un grupo de reconocidos ciudadanos agrupados en una AC en pro del uso lúdico de la marihuana en México, sin que ninguno de ellos tuviera el deseo de tener libertad para el consumo de la hierba, bajo el argumento de que la prohibición lesionaba sus derechos humanos para el libre desarrollo de su personalidad.
Su interés no era obtener el permiso para consumirla o sembrarla… En fin, ¡hoy de nuevo la moneda está en el aire y la crispación social en la antesala!