A raíz de que se dio a conocer que Sady Arturo Loaiza Escalona -un exfuncionario venezolano en los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro-, fue contratado como subdirector de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), por recomendación de Marx Arriaga Navarro, director de esa oficina, acrecentaron las críticas sobre el futuro que le depara a los libros de texto gratuito para primaria y secundaria, dada la marcada inclinación que ambos tienen sobre determinadas ideologías y pensamientos político-sociales.
De nueva cuenta el escenario ya muestra tintes de marcada división y polarización, luego de que el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador defendió hace unas semanas la participación de Loaiza Escalona en el rediseño de los libros de texto gratuitos de la SEP.
Ante las críticas que el nombramiento ha causado en algunos sectores de la sociedad, López Obrador volvió a hacer uso de su discurso sectario y de confrontación, al calificar como “politiquería del conservadurismo” las críticas opositoras.
Informaciones periodísticas revelan que Loaiza fue director de la Biblioteca Nacional de Venezuela (2014-2018), así como también director general de Proyectos Especiales del Ministerio del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales.
No obstante, López Obrador defendió no solo la experiencia del ahora funcionario del gobierno federal, sino también la incorporación de lecturas de pensadores como Lenin y Marx en los niveles de educación básica.
Más allá de querer manifestar argumentos de defensa a los ataques, el mandatario federal ironizó al señalar que ahora “estamos adoctrinando”.
La preocupación de padres de familia, sobre todo, ya estaba latente desde que el director general de Materiales Educativos de la SEP, Marx Arriaga Navarro, señaló, por ejemplo, que el modelo educativo y los libros de texto fomentan la permanencia del “modelo neoliberal”.
En defensa de su postura, el controvertido funcionario ha advertido que “los maestros” piden un modelo educativo “decolonial, libertario y humanista”. Ello, tras indicar la realización de supuestas consultas a maestros, alumnos y padres de familia en todo el país, aunque en la realidad no hay registro de la participación de expertos y especialistas en el tema.
“Podría señalar centenares de problemas sociales que el modelo neoliberal, meditiocrático, conductista, punitivo, patriarcal, racista, competencial, eurocéntrico, colonial, inhumano y clasista ha generado”, afirmó el año pasado Marx Arriaga, ante el consentimiento del presidente Andrés Manuel López Obrador en su tradicional mañanera.
El sesgo de tales declaraciones tiene, sin lugar a dudas, un tinte meramente ideológico que solo pretende dividir más a la sociedad y fomentar un adoctrinamiento en las escuelas, con la clara intención de revivir la lucha de clases que tanto daño le ha hecho a la sociedad.
Si a ese nivel de declaraciones se suma el hecho de que Sady Arturo Loaiza fungió como director general de proyectos especiales del Ministerio del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales del gobierno de Venezuela (nombramiento que se hizo oficial el 9 de diciembre de 2013 en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela), y que fue director de la Biblioteca Nacional de Venezuela, del 24 de noviembre de 2014 al 1 de septiembre de 2018, institución adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura y una de las carteras centrales para la difusión de los ideales chavistas y la propaganda de la dictadura que encabeza Nicolás Maduro, pues el resultado del coctel está más claro en sus propósitos.
México necesita calidad educativa, no adoctrinamientos ideológicos. Tenemos que ir al rescate de la promoción de valores y principios humanistas que nos permitan fomentar una nueva cultura de desarrollo equitativo y justo para todos, no para unos cuantos a expensas del nefasto populismo que, dicho sea de paso, solo detiene el avance de las sociedades, al basarse en el otorgamiento de dádivas para tratar de cosechar simpatías.
El futuro académico de nuestros hijos debe estar al margen de adoctrinamientos y forjarse en los principios de libertad y democracia, y no en la promoción de una lucha generacional que no abona al desarrollo económico, político y social.
La activación está en tus manos, súmate con tu firma a la campaña “La SEP en manos de ideólogos marxistas”, para rechazar los intentos de ideologizar los libros de texto gratuitos.