Por enésima vez, el presidente Andrés Manuel López Obrador polarizó a buena parte de la sociedad y de la opinión pública al poner sobre la mesa de debates la noticia de que va a contratar médicos cubanos para subsanar la falta de especialistas en nuestro país, sobre todo en zonas rurales y marginadas, hasta donde no quieren ir –supuestamente-, los doctores nacionales.
Los gritos a favor y en contra han encendido los noticieros de radio y televisión, las planas de periódicos y las famosas redes sociales, en donde las voces expertas han opinado. El tema no ha quedado al margen de figuras políticas ni de organizaciones de la sociedad civil. En fin, que el espinoso asunto ha dado mucha hebra para hilvanar una extensa cadena de posicionamientos.
Es claro que los pensamientos críticos han generado efecto en el presidente de la República, quien, con severa agudeza, ha asegurado que la medida va porque va y que las voces contrarias se pueden ir “al carajo”. Así, literal, lo dijo (una vez más).
Pero más allá del cuestionado argumento presidencial de que en México no hay suficientes médicos para atender la demanda, sobre todo en poblaciones serranas o muy alejadas de las zonas urbanas e, incluso, que los médicos con especialidad rechazan cualquier indicio que los lleve a comunidades marginadas, lo realmente prioritario es revisar la forma y el fondo del sistema nacional de salud.
Es imperativo eficientar y modernizar la atención en el primer nivel en clínicas y hospitales del sector salud, acotar los tiempos de espera para las consultas y para las citas con especialistas, así como en la programación de cirugías.
Además, se deben dotar los recursos suficientes para que en todas las unidades médicas y hospitales haya suficientes medicamentos, no solo del cuadro básico, sino para tratamientos específicos.
¿De qué sirve enviar médicos a las serranías, si no ahí no se cuenta con instalaciones ni medicinas?
¿Para qué enviar a especialistas (en la rama que usted guste y mande), cuando no hay condiciones óptimas para que ejerzan la profesión, incluida la seguridad?
¿Cómo trasladar a pacientes en casos de emergencia hacia el hospital más cercano, cuando éste se ubica, en el menor de los casos, a 2 horas de distancia y en condiciones muy inhóspitas?
No, señor Presidente, el problema no es señalar la carencia de un número “mágico” de profesionales de la salud, es revisar y poner orden en todo un sistema nacional de salud, donde las carencias son múltiples y harto complejas.
Es importante dejar en claro que los médicos mexicanos demostraron en los dos últimos años un alto nivel de profesionalismo, al enfrentar con valentía –desde la primera línea de batalla-, los embates de una pandemia mortal.
El problema de atención a poblaciones vulnerables no se va a resolver con traer a México a 500 médicos de cualquier parte del mundo. Proceder en consecuencia sería tanto como darle solo un analgésico a un paciente que ya tiene un cáncer avanzado.
Ahora, ante las críticas que ha generado la propuesta presidencial, el gobierno federal abrió ya la convocatoria para contratar a más de 13 mil médicos especialistas. Habrá que esperar bajo qué condiciones se llevará el proceso y si la oferta satisface también las necesidades de los profesionales de la salud.
